BLUCHER

El modelo Blucher es muy habitual en el continente europeo. Es un zapato de cordones ancho y abierto. También es conocido con el nombre de Derby. La denominación Blucher hace referencia al mariscal de campo prusiano y duque de Wahlstadt, Gebhard Leberecht von Blücher (1742-1819), quien además de derrotar a Napoleón en 1815 junto a Wellington en Waterloo, encargó la confección de zapatos de este tipo para sus soldados.

El modelo Blucher ofrece una comodidad absoluta a aquellos amantes de los zapatos con el pie más ancho y el empeine más elevado de los normal. La ornamentación suaviza el carácter robusto de este zapato, producto de las costuras exteriores (en el cosido doble) y de la doble suela. Dado que es un zapato abierto, resulta más fácil introducir el pie en él que en el caso del Oxford,  y la distancia entre las dos cañetas puede regularse de manera más efectiva. El Blucher se confecciona en varias versiones: liso, semi-brogue y full-brogue

Desde finales del siglo XIX, este modelo goza de especial popularidad en Viena. El corte es el denominado Blucher con decoración semi-brogue. La empella queda dividida a 7 u 8 cm. del extremo delantero por una puntera recta sobre la cual se dispone un perforado entre dos pespunteados: dos perforaciones pequeñas verticales entre dos perforaciones mayores. En el diseño decorativo delantero dominan las perforaciones grandes sobre un halo de más pequeñas. El perforado situado entre los dos pespunteados se repite en las costuras de la empella, de las cañetas y del contrafuerte del talón.

El Blucher liso resulta casi puritano: la empella no está dividida, las cañetas se extienden en un único arco liso hasta la suela. Muchos amantes de los zapatos prefieren esta sencilla versión al semi-brogue o al full-brogue por el temor (infundado9 de que una puntera recta o una puntera vega puede oprimir o causar dolor al pie. La piel de tipo scotchgrain (foto izquierda) acentúa el carácter informal y deportivo de este modelo.

Un modelo que despierta reacciones contradictorias:o bien gusta y es imprescindible en la colección de zapatos o nunca se llega a establecer una relación íntima con él. En la fotografía, el modelo noruego, una variante del Blucher. Se caracteriza por una peculiar división de la empella, así como por las costuras confeccionadas a mano de la pala. Una de ellas recorre de forma paralela los bordes de la suela a una altura de unos 2,5 cm. y la otra divide verticalmente la punta del zapato hasta la suela. En dichas costuras, realizadas escrupulosamente a mano, los bordes de la piel se orientan hacia el exterior. En comparación con otros modelos clásicos, el noruego resulta deportivo incluso en su versión más elegante. En general, el carácter rústico de este zapato se acentúa con el material elegido: la piel graneada es muy popular. La coloración suele presentar un gran contraste y a veces resulta incluso sorprendente. Se trata de un modelo extravagante que refleja las exigencias juveniles.

Este modelo Blucher encarna la creatividad del diseño moderno y la moderación refinada. A diferencia del arco típico del modelo Blucher, las cañetas se extienden sobre la empella lisa y en lugar de los cuatro a seis pares tradicionales de agujeros lleva un único par. La parte superior del zapato irradia una perfecta armonía.

Hasta finales de la Primera Guerra Mundial, la monarquía austrohúngara contaba con dos capitales: Viena y Budapest. Ambas ciudades poseen muchas similitudes no sólo en la arquitectura, la literatura y la música, sino también en su artesanía. En el terreno cultural muchas obras de arte son fruto de la rivalidad entre las dos ciudades, y los artesanos, entre ellos los zapateros, no querían quedar nunca atrás. Casi simultáneamente a la aparición del popular Blucher semi-brogue en Viena, surgió en modelo Budapest. Ambos siguen mostrando similitudes, aunque los distinguen ciertas características en la forma y la ornamentación: la puntera del Budapest es más alta y no es recta, sino que reproduce la forma de un corazón. La elegante línea ondulada de la puntera vega se extiende a lo largo de la empella, prácticamente hasta el contrafuerte del talón. El trazado de las líneas muestra muy buen gusto y permite realzar los patrones de perforado que lo acompañan. El arco en forma de corazón se repite en las líneas que separan la empella de las cañetas y las cañetas del contrafuerte del talón. Además, se ve realzado por una serie de perforaciones. Un dibujo ornamental geométrico decora la puntera.

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